Del mirlo al «Blackbird» de The Beatles

Del mirlo a «Blackbird» de The Beatles, una explicación de cómo un pájaro ha sido, fue y será un símbolo de libertad

Del mirlo al blackbird 

El cantar de las aves evoca en mi mente los más tiernos recuerdos de infancia, donde la música era tan solo sonidos agradables a mi oído, y mi pueril y poco desarrollado cerebro era incapaz de procesar las letras de las canciones. ¡Qué vida tan sencilla la de una joven niña!

No obstante, los grandes éxitos musicales que forman parte del ayer siguen siendo un presente muy importante en mi día a día. 

Como muchos lectores quizá sepan, me encanta asociar la música con la historia o la literatura —e incluso con la traducción—. Prueba fehaciente de este hecho son los tres artículos en los que hablo de Rasputin y de Ma Baker, ambas canciones de Boney M., o el artículo en el que explico cómo enfrentarse a una traducción musical, ejemplificado con la canción A Little Piece of Heaven, una gran rapsodia metalera de Avenged Sevenfold. 

Hoy os invito a retroceder en el tiempo y viajar, con estas palabras, a finales de los años sesenta. Concretamente a 1968, cuando salió a la luz The Beatles, el noveno álbum del gran grupo de rock británico. 

The Beatles, El Álbum

The Beatles es, en mi humilde opinión, El Álbum (blanco, sí). Así, con mayusculitis. El grupo nos presenta una gran variedad de estilos y de mezclas musicales, desde lo más clásico a lo más innovador y experimental en aquel momento, que en conjunto explica perfectamente la evolución de la historia de la música, concretamente del rock. Esta variedad de estilos también indica que cada integrante del grupo había encontrado su propia voz dentro de la música. De hecho, Lennon afirmaría poco después de la separación de la banda que en este álbum ya se podía escuchar su ruptura. 

Podría hablar de muchas de las canciones presentes en él. De hecho, lo haré. No solo de The Beatles, sino del resto de su gran discografía. De alguna forma tengo que perpetuar mi pasión por su música. Qué mejor forma de comenzar que evocando, como decía al comienzo, los recuerdos de la infancia. Abrimos la sesión musical con Blackbird.

Blackbird: la historia

Según diversas fuentes, Paul McCartney se inspiró en los hechos acontecidos en Little Rock, donde nueve estudiantes negros se matricularon en una escuela que, por aquel entonces, era solo para blancos. En 1954 la Corte Suprema en Estados Unidos falló que la segregación en las escuelas públicas era inconstitucional, sin embargo, el gobernador de Arkansas de por aquel entonces, Orval Faubus, impidió la entrada de los nueve jóvenes, por lo que el que era en aquel momento presidente de los Estados Unidos de América, Eisenhower, tuvo que intervenir para que pudieran ir al colegio.

Este hecho tuvo especial relevancia en el Reino Unido, donde, si bien no existía una segregación racial tan exagerada como la que se respiraba en EE UU en los años cincuenta y sesenta, solía haber un eslogan no oficial en el que se decía que no querían «ni negros, ni perros, ni irlandeses».

No obstante, a Paul le sorprendió sobremanera la actitud de supremacía moral del Nuevo Mundo. Años después, a finales de los sesenta, recordaría lo acontecido en el estado de Arkansas y utilizaría el blackbird como símbolo de la libertad. Veamos el porqué. 

Del mirlo a Blackbird: del ave a la canción

McCartney comienza cantando «Blackbird singing in the dead of night». En efecto, los mirlos tienen un horario muy específico para entonar su preciosa melodía: el amanecer (dead of night) y el atardecer. 

De la Grecia clásica a la Edad media

Ya Aristóteles, en su Libro de los animales, mencionaba al mirlo. No obstante, debemos avanzar un poco más en el tiempo para poder entender la simbología que hay en este pájaro cantarín. 

En la Edad Media comenzó a decirse que cuando los mirlos comienzan a piar despiertan a los muertos y, a la vez, calman a los vivos para que estos puedan dormir. Se creía, en tiempos de brujería y chamanismo, que el mirlo facilitaba la comunicación entre los vivos y los difuntos.

Si bien el mismísimo diablo se metamorfoseó en mirlo cuando visitó a San Benito para distraerlo de sus tareas, según la tradición cristiana del Medioevo, poca relevancia se le ha dado en la historia como animal maligno y portador de malos augurios.

Todo lo contrario, el mirlo es el único animal negro al que se le atribuye la buena suerte y, lo más importante en el contexto histórico-musical de la canción, la libertad. 

De los druidas a The Beatles

En la mitología celta o la anteriormente mencionada cultura druida, el mirlo tiene una gran presencia y relevancia en la historia, pues se creía que, cuando un mirlo aparecía, era para que uno siguiese un camino espiritual y para volverse más consciente de lo que sucede a su derredor para así poder avanzar y evolucionar como seres racionales y espirituales.

Pongámonos en la mente de unos jóvenes que viven, fuman y se meten la cultura hippie por cada poro de su piel. ¡Cómo no escoger un pájaro negro como símbolo de la libertad, capaz, además, de hacer reproducir un canto melódico y que trasciende a lo espiritual! 

En suma, el mirlo ha sido, históricamente, un ave especial y llena de una profunda simbología, que McCartney, junto con The Beatles, supo perpetuar.

Hasta que Charles Manson la destrozó en su perturbada mente. Aunque eso, queridos lectores, eso es otra historia. 

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