Queridos lectores, hoy tenemos la oportunidad de leer a Sócrates Sánchez y a Celia M. Campos en este nuevo artículo escrito a cuatro manos. Esperamos que os guste.
«Hasta arrancar un ajo cuesta su trabajo». No hay frase mejor que la de este refrán para poner en valor el trabajo que cuestan las cosas. Y es la realidad que se está viviendo en el deporte femenino en estos años; hay que sumar grano a grano, porque al final están llegando sus frutos. Reivindicaba Amaya Valdemoro el otro día en una entrevista en El Mundo la importancia que ha tenido el éxito del baloncesto femenino para el avance del deporte femenino, en sí, comentaba con cierta «envidia» cómo el fútbol femenino había recibido un impulso espectacular, por el hecho de ser fútbol. Imagínense lo complicado que es para un deporte que no sea fútbol o baloncesto alcanzar la repercusión de esas modalidades. Encontrar un lugar donde poder conocer la actualidad del deporte femenino era, es y puede que siga siendo una utopía durante mucho tiempo, pero siempre hay proyectos –bendito microperiodismo– que afloran a la luz y se convierten en grandes fuentes de información relevantes.
Este podría ser el caso de cuatro chicas, periodistas todas ellas, que hace unos meses decidieron retomar un proyecto de cuyo nombre querremos acordarnos todos.
Todo comenzó en la Facultad de Periodismo y Documentación de la Universidad de Murcia, en la asignatura Tecnologías de la Producción de Información, nuestras cuatro periodistas, Blanca Casanova, Elena Gómez, Noelia Pérez y Carmina Zaragoza debían hacer un trabajo universitario de microperiodismo. Fueron varios los temas que se les pasaron por la cabeza, aunque acabaron decantándose por el deporte femenino, pues la Región de Murcia tiene un panorama de deporte femenino muy potente que no estaba explotado. Tras la investigación pertinente para dicho proyecto, las periodistas descubrieron que no solo se infravaloraba a la deportista en los medios de comunicación, sino la figura de la mujer como entrenadoras, árbitras o periodistas deportivas.
La Tarjeta Morada no solo cubre las noticias del deporte femenino, sino que hablan de este desde una perspectiva de género y con un corte crítico en sus publicaciones. Dejan de lado el periodismo sensacionalista que va al click rápido y donde los titulares mienten como cosacos o se cuentan verdades a medias para proporcionarnos una información veraz, no sesgada y crítica sobre lo que pasa en el panorama del deporte internacional femenino.
Lo que surgió como un blog de periodismo local en 2019, proyecto que quedó abandonado, se retomó el pasado septiembre de 2020 en formato Instagram, donde trabajan diariamente, creando en esta red social un medio de comunicación para dar voz a estas noticias tan desconocidas a no que se tenga algún contacto directo con el deporte femenino.
Cada una de las periodistas hace dos post a la semana y cubren la información deportiva de actualidad. En los post se encargan más de reivindicar los derechos de la mujer en el deporte y sacan el lado más crítico. Las fuentes de información que emplean para crear contenido son Internet, colaboradoras que ayudan de forma desinteresada en la búsqueda de artículos, las redes sociales de las propias jugadoras, federaciones, equipo femenino, etc.
Como en todo equipo, cada una tiene un punto fuerte dentro de su imagen como La Tarjeta Morada: Elena es muy creativa para los contenidos propios de los post de Instagram y es la persona que está detrás de la edición de vídeos de la cuenta; Blanca se ha encargado de la escritura de artículos de opinión sobre temas más candentes; el punto fuerte de Carmina es la organización y la inquietud que tiene para encontrar noticias de última hora; el punto fuerte de Noelia es la edición de fotografía.
La acogida fue buena como trabajo universitario, pero, como todo proyecto, los comienzos son difíciles y necesitan mucha constancia, apoyo por parte de la comunidad de seguidores y una implicación. Ellas, que no han cesado de trabajar en esta cuenta desde que la retomaron, han visto un crecimiento gradual en su cuenta de Instagram de La Tarjeta Morada, que en cuestión de meses ha crecido bastante. El compromiso que tienen para con sus seguidores y la ilusión que le ponen a cada post es una de las fórmulas innegables para alcanzar la visibilidad y la repercusión mediática que han obtenido.
Una de los puntos que más se valora de una cuenta como La Tarjeta Morada, no es el número de seguidores que tengan, sino la labor pedagógica y educativa que han logrado transmitir en los numerosos debates que han podido generar a través de sus post. Y aunque para mucha gente los números sean lo más importante, no todo en la vida se puede medir en cifras, los humanos no somos robots. Quizá el mayor logro de este medio haya sido aunar esfuerzos para que mucha gente pueda comprender y darle el valor que merecen estas deportistas.
Durante años en este país se ha vendido que las mujeres no podían alcanzar el mismo nivel competitivo que los hombres, o que resultaba aburrido verlas jugar, incluso que sus partidos parecían otro deporte totalmente distinto. Una serie de comentarios que se han vertido y quedado grabados en la mente de muchos, pero que con trabajo y esfuerzo van siendo menos los que tienen un pensamiento así. Hay que reivindicar la necesidad de una prensa educativa, al altura de los tiempos en los que vivimos.
Hace diez años habría sido impensable ver varias portadas deportivas dedicadas a mujeres deportistas en un mismo año, un gesto de Mourinho en el banquillo resultaba más relevante para los medios que cualquier triunfo que pudiera alcanzar una mujer. Queda mucho camino por recorrer, una gran visibilidad que alcanzar, pero proyectos como este ponen el valor el deporte femenino y aprietan para que los medios convencionales sigan sus pasos. Seguro que las chicas de LTM seguirán peleando para que no tengamos que leer noticias como, por ejemplo, qué vestido ha llevado una jugadora a la presentación de un torneo.