María de la O. Lejárraga fue sin duda un prodigio eclipsado por su marido y por su sociedad. Y, en la obra que trata sobre si ella fue ella misma o si fue nada más que la mujer de Gregorio Martínez Sierra, se abre una investigación entre cuatro académicos para sacar la conclusión (no muy difícil) de que ella era la autora por detrás de semejante patán de las letras, semejante vampiro.
La actriz que representa a Lejárraga se mantiene en el escenario desde que se abren las puertas y entra el público. Los contempla, se mueve. Parece estar ahí con nosotros, viva, pero desde el primer momento de la obra nos damos cuenta de que ya no está tan viva, ha muerto hace mucho, aunque durante todo el espectáculo de manera muy habilidosa se adueña de su pasado para que nadie pueda influir de ninguna manera en su propia perspectiva de vida. Con ello inquiere en su propia investigación, que tiene lugar en el presente, y como un fantasma muy vivo se nos presenta su vida vivida por ella misma y se nos presenta de manera lúcida su opinión sobre música, sobre feminismo y, por supuesto, sobre su propia literatura.
Don Gregorio se parece mucho a todos los hombres, parece más bien un arquetipo de lo que hemos representado los hombres durante la historia de la literatura, sobre todo hacia una mujer como Lejárraga. Creo que ese es el gran punto de la obra en la lectura de un hombre que escribe una crítica sobre ella. Ahora bien, como se señala en la misma obra, parece constar de un final facilón para la propia Lejárraga y para con su memoria, todo parece que fue hecho por un amor, un amor digno, por cierto, como lo suelen ser todos, pero poco se atreve en abundar la autora en el feminismo de Lejárraga, en lo que hacía de Lejárraga la escritora relevante que fue, sus experiencias más allá de la tóxica relación con un marido vampírico, usurpador, que lo único que parece haber hecho en vida fue abrirle espacio a Lorca, como todos (hay que ir a ver la obra, sobre todo por la imitación que uno de sus brillantes actores hace del poeta andaluz), como hacen todos los días en la universidad, en la tele, en la calle y en las demás obras que no son de Lorca.
Las dudas que abre la investigación sobre la obra, sobre si las obras de Gregorio Martínez Sierra son en verdad las obras de Lejárraga, queda resuelta, pero la pregunta que me hago es si hay una autora por detrás de la obra de «Firmado Lejárraga» que no lució mucho más allá de un dominio claro de la escena teatral, pero con poca reflexión sobre los debates que intenta sacar a la luz. Debates muy pertinaces que deberían en nuestra escena teatral ocupar cada vez más espacio, sobre todo en el Centro Dramático Nacional.
Ficha Técnica:
Lugar: Sala El Mirlo Blanco, Teatro Valle-Inclán
Fecha: del martes 23 de abril al domingo 5 de mayo de 2019
Horario: de martes a domingo a las 18 h
Duración: 1 hora 30 minutos
- Reparto: Gerald B. Fillmore, Cristina Gallego, Eduardo Noriega, Alfredo Noval y Jorge Usón.
- Equipo artístico: Vanessa Montfort (Texto), Miguel Ángel Lamata (Dirección), Isis de Coura (Escenografía y vestuario), Rodrigo Ortega (Iluminación), Fernando Velázquez (Música) y Carmela Nogales (Documentalista).