ANTOLOGÍA DE GEMMA VOL. VII: duelo y resurgimiento

Espuma de mar

Si dices que mi piel es espuma de mar,

tus ojos guardan cien mil océanos

en el cofre de sus pupilas.

 

El sosegado oleaje es la canción

que a unísono recitamos

cuando las caricias

se convierten en besos,

y los besos en suspiros ahogados.

 

Nuestras risas

se buscan ansiosas

para entrelazarse

y no soltarse,

como si fueran compañeras

de un largo viaje sin rumbo predestinado.

 

Ni las fuerzas más poderosas

y malévolas

enmascaradas en falsa empatía

las podrían separar.

 

Afilada confusión en el seno ajeno,

cuando nos vislumbran a lo lejos

reuniéndonos,

después de que el punzante acantilado

nos separara momentáneamente.

 

Veo tus ojos de zafiros por ofrecer

y sé que tú ves mis ganas de cuidarlos

cuando me miras recién levantada

con una camiseta tuya

y el pelo enmarañado.

 

Se puede sentir la brisa marina

bailando a nuestro alrededor

mientras compartimos miradas

bajo la luz del sol fulgente

que nos espía desde la ventana

y nos sonríe.

 

Somos el sabor salino del otro.

Somos uno,

como el mar y su espuma.

 

No me sueltes

Me haces feliz

cuando duermes plácidamente.

Tu respiración acaricia mi pecho.

 

Entonces me llamas con tu rasposa voz

y hay algo en mí que se rompe

de la forma más poética

que he experimentado.

 

Los miedos se desvanecen

uno a uno cuando dices mi nombre,

cuando besas cada lágrima

derramada en mis peores momentos.

 

No hace falta que lo digas;

sé que tengo el mismo efecto en ti.

Veo el naciente brillo de tus ojos cuando me miras

y te sonrío ensimismada

por todo lo que me haces sentir.

 

Amor, vuelve a dormirte en mi pecho,

envuélveme con tus brazos,

no te vayas.

Tienes las llaves

de lo más acorazado de mi corazón.

 

Fábula

Se dejó enredar.

Dejó que tu mentira se extendiera

por su cándido cuerpo

como una zarza venenosa.

Ignoraba las agrias espinas

mientras derramaba cada gota de sangre

y alababa tus escasos frutos.

 

No tardó mucho la diabólica planta

en convertirse en serpiente estranguladora

para robarle cada respiración

y crear esa dependencia que tanto buscabas.

 

No sé si te fuiste antes de que sacara el fatal cuchillo

para acabar con todo.

Arrástrate,

corre,

ve a mortificar a la siguiente flor

entre tierra estéril.

Deja que el cargo de conciencia te carcoma

antes de llegar a ella.

 

Esperanza somnolienta

Sonríe al reflejo nevado

de la ventana olvidada

creando figuras

con los destellos de la noche.

 

Se le escapa una sonrisa prepuberal

al ver las infinitas posibilidades

que ofrecen las estrellas lejanas

como si fueran los mapas de su vida.

 

Solo es una niña

con brillo en los ojos.

Sueña con un futuro esmeralda

rozándole los labios.

 

Las estrellas siguen bailando,

no sabe que la luna brilla

y no es por ella.

 

Aurora

Federico, la aurora ya no solo está en Nueva York, perdónanos.

 

La aurora se despierta entre la noche,

desgastada,

con mil transeúntes caminando ya por su boca.

 

No sabrán que hacia el final del día

se ahogarán como un niño en un mar de posibilidades

y les atravesarán mil cuchillos llenos de ansiedad,

presión, prejuicios y una muerte diaria

a la que ya están acostumbrados.

 

Angustiada se levanta la aurora

rodeada de vómito propio y ajeno.

El odor recuerda los litros de alcohol ingerido

hace escasas horas

intoxicando a la pobre alma sin consuelo.

 

El sol va asomándose al mundo

y los gritos de dolor en busca de ayuda cesan.

Es el falso sentimiento de seguridad del día.

Los gritos se vuelven internos.

 

Los ríos salados han creado su cauce

en la tez arada por el tiempo

y pisoteada por la conmoción.

 

El sabor amargo del limón carcelero

es asiduo en la lengua

del antiguo promotor de la paz.

 

Hundimiento

Te susurro y no contestas,

Te llamo y no contestas.

Te grito y no contestas.

 

Me ahogo con mi propia agua salina

y reaccionas.

No para tenderme una mano cómplice

y sacarme de la tempestad

en la que mi mente está atrapada,

sino para terminar de hundirme

sumergiendo mi cabeza en el agua fría.

 

Y eso no es lo peor.

Esperas resultados completamente diferentes

a la inversa.

 

Luz. Brújula. Salvadora.

Sabes que es parte de mi esencia.

Te aprovechas.

 

Me termino de ahogar sabiendo que no es recíproco.

 

Melodía olvidada

Tu recuerdo

es un soneto sádico y solitario

tan silencioso

que es casi insonoro,

como las canciones solemnes

de los simples solsticios -casi- olvidados

con imágenes sensuales sin censurar.

Tu recuerdo navega por los caudales salvajes de los ríos

de mi psique

en pequeños susurros.

 

Empatía

Ser capaz de ver el dolor

en los ojos ajenos

no es un don.

 

Saber ser clara

sin ser hiriente

no es algo innato.

 

Sentir un torbellino de emociones

y poder controlarlo

no es sobrenatural.

 

La empatía se practica.

Te abraza

y reconforta al alma ausente

trayéndola gentilmente

de vuelta a la realidad.

 

No es un don, no es magia,

es naturaleza humana

puesta en práctica.

 

Sanar el alma

Inevitablemente se me escapa una sonrisa interna.

No sé si calificarlo como egocentrismo

o simplemente como terror.

 

Estoy intentando ser más difícil de leer,

de cerrar mi libro,

como el que cierra de un portazo

una puerta de metal

sin mirar atrás.

Solo para que no sea evidente dónde apuñalar

para matar.

 

No sé si seré capaz de conseguirlo.

Cada una de tus miradas

calientan mi lúgubre interior

que daba ya por marchitado.

 

La suavidad de mis labios,

nerviosa,

te da la bienvenida,

soleado sueño.

 

Algunos podrían pensar

que me empequeñezco

queriendo salir de ahí

y lo único que en realidad hago

es pensar en cómo puedo ganar

un par de segundos más,

contigo,

en paz.

 

Y ahí estás tú, sin huir,

haciendo que me olvide

de todas mis sombras

sin saberlo.

 

Ojalá pudiera darte más.

Lo intento, de verdad.

Y cada día más

cuando vislumbro

tus manos de mármol

esperándome en el sol

sin obligarme a apresurarme.

 

Eres verano para mi invierno.

Espero saber estar a la altura.

 

Admiración recíproca

Inaudito me parece

eso de conectar profundamente

con otra alma humana.

 

Y aún más cuando esas dos lenguas

se entrelazan física y mentalmente.

Es un sentimiento indescriptible

sentir que existen tantísimas similitudes

con otros labios rosados

y que hay aún más diferencias entre los dos

con las que se puede iniciar

un proceso de enriquecimiento mutuo.

 

Admirar a esa alma libre

que además te hace volar

es inaudito.

Despiértenla.

¿De verdad es un sueño?

 

Nihil novum sub sole

Seré lienzo en blanco

si necesitas pintar.

Papel novísimo,

si necesitas escribir.

Antiguo papiro

si necesitas sabiduría.

Obra de arte,

si necesitas contemplar.

Poema,

si necesitas desconectar.

 

Sonríes

mientras te recito en la cama,

abrazados,

juntos.

 

Pero esa sonrisa me deja entrever

que sabes que soy

hombro para llorar,

apoyo infinito,

confidente atemporal.

 

Te lo susurro con la mirada

mientras que mis labios pronuncian:

nihil novum sub sole.

 

Rutina

Sabes que nunca me gustaron las voces estridentes,

por eso adoro tu voz

susurrante

de dulces notas

que baila en mi oído

con destreza y suavidad.

 

Sabes bien que tengo infinidad de heridas

aún por curar.

Las escondo con vergüenza.

Sin embargo, tú eres capaz de acariciarlas

recordándome que el dolor

algún día se irá.

 

Sé que escondes en esas aguamarinas

muchas inseguridades

y poco a poco,

pones la confianza en mí

para abrirte

y soltar todo lo que te atormenta

antes de dormir.

 

Sé que el tacto de mi piel contra la tuya

es una de tus sensaciones favoritas,

por eso te despierto

entre caricias y cosquillas,

para besarte la carcajada

que me ilumina por dentro.

 

Es como si nos conociéramos desde siempre.

 

Nocturnidad

Agitadas y suspirando.

Así estaban nuestras almas

desde que nos vimos por primera vez.

 

Era científicamente imposible

sentir a una persona como hogar,

pero sabes que yo siempre fui más literaria.

 

Por eso el latido de tu corazón cobrizo

me hacía florecer en tu pecho.

Tus labios me hacían recitar

los sonetos más íntimos

sin palabras.

 

Dispersada por todo el cielo

creyéndome infinita

mezclada con la brisa de tu aliento.

 

Cerezo en flor temprana,

expuesto, en peligro, fuerte.

 

Metáfora melódica.

Caricia de terciopelo.

 

Infidelidad

No existe peor infidelidad

que la emocional.

El engaño físico es puñalada

en el pecho enamorado,

pero el engaño emocional

es cianuro escondido

en besos mortíferos.

 

Estoy viendo lentamente tu decadencia,

cómo la palidez de tu cara te consume

poco a poco.

Sé que te das cuenta,

pero no quieres admitirlo.

Te ha hecho adicta a él.

 

También veo sus ojos negros encenderse

al verla. No sé si se encienden de amor

o de sadismo

recreándose en el dolor que está causando

por partida doble.

Sólo sé que ella le mira igual que tú,

le acaricia con el mismo cariño,

y está tan demacrada como tú.

Sois víctimas del mismo veneno.

 

Las dos caras

del mismo sufrimiento

en manos de un aprovechado.

 

Solo veo lágrimas

pero sé que las suyas,

ojos ennegrecidos malévolos,

no eran verdaderas.

 

Ese nudo en la garganta

no era otra cosa que remordimiento.

Porque hasta el diablo tiene conciencia.

 

Nuevos sentimientos

Tengo miedo

de que me dejes caer

y me rompa aún más.

 

Tengo miedo

porque no quiero

proyectar mis traumas en ti.

 

Tengo miedo

de tener razón

y de asfixiarme entre pensamientos.

 

Tengo miedo

y, aunque me es inevitable,

no quiero dejarte pasar

a lo más recóndito de mí.

 

Intuyo que lo sabes,

pero tengo miedo

de sentir ese torbellino de emociones

cada vez que he visto cómo se repetía la historia

una y otra vez

en diferentes laberintos

con la misma salida.

Dolor.

 

No pierdas el tacto sanador

que tienes para mí,

enséñame los pasadizos secretos,

la salida alternativa

y salgamos los dos tomados de la mano

sin puñales escondidos.

 

Seguiré teniendo miedo

Lo sé.

Pero, también sé que se minimizará

al ver que tu mirada fulgente me sigue alumbrando.

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