Flee – Una odisea en el mundo moderno

Se trata de una película muy humana y que nos acerca una situación mucho más común de lo que tendemos a pensar

Hace un par de días tuve la oportunidad, junto con mis compañeros de danés, de poder ver la película Flee, de Jonas Poher Rasmussen. Y de verdad que compartirla merece la pena. Es una película documental que combina la animación con fragmentos de documentales e imágenes reales. Flee cuenta la historia de Amin, un refugiado afgano en Copenhague, quien al borde del matrimonio se decide a contar su verdadera historia.

Amin, como muchas otras personas, se vio obligado a dejar atrás la vida tal y como la conocía debido a la toma de poder de los muyahidines en Afganistán. Tras el golpe militar debe dejar atrás todo y a todos a través de una aventura digna de la Odisea. Amin no solo intenta descubrir quién es, sino que debe luchar con su sexualidad en una situación en la que amar a alguien de tu mismo sexo era complicado.

Flee (2021) - Filmaffinity
Flee (2021)

Sin embargo, esta película documental nominada al Oscar muestra no solo la historia de Amin, sino la de mucha otra gente. Por desgracia, los conflictos armados existen y los que más lo sufren son los civiles, y eso es algo que estos días podemos ver con el conflicto ruso-ucraniano.

En este caso, se nos comenta cómo, tras la entrada de los muyahidines en Kabul en 1992, ayudados por los EE UU, la familia de Amin, al igual que muchos otros, deben huir hacia Rusia para poder vivir. Esta es una imagen que por desgracia podemos ver todos los días, ya que muchos de estos conflictos siguen activos hoy en día, es más, la guerra en Afganistán acabó hace poco.

Muchas personas han perdido a sus familias, y muchas más las siguen perdiendo. Madres se han quedado sin hijos, maridos sin sus esposas… y es algo que a muchos de nosotros nos parece que queda muy lejos, que a nosotros no nos va a pasar nunca. Y eso pensaba el protagonista. Vista la actual situación por la que pasa Ucrania, es normal que nos fijemos mucho más en estos temas.

Y yo no soy un experto en guerras ni pretendo serlo, pero con lo poco que sé de historia me pregunto: ¿Es que no aprendimos nada de la primera mitad del siglo pasado? Obviamente, yo no lo he vivido, pero con todos los testimonios que hay (y habiendo todavía supervivientes) es una pregunta que me hago bastante a menudo.

Y es que siempre están los mismos peces gordos detrás del conflicto, y siempre sufren los mismos. Es un espectáculo horrible de ver, y, sin embargo, sigue pasando. Tan solo el año pasado las cifras de refugiados en el mundo aumentaron a los 84 millones frente a los 82.4 del año anterior según ACNUR España.

«La comunidad internacional no ha logrado prevenir la violencia, las persecuciones ni las violaciones a los derechos humanos, que aún obligan a las personas a abandonar sus hogares», señaló Filippo Grandi, Alto Comisionado de la ONU para los Refugiados. «Además, los efectos del cambio climático están agravando las vulnerabilidades existentes en muchas áreas que han dado acogida a personas desplazadas por la fuerza».

En la película puede verse todo esto de una manera bastante textual. El contenido autobiográfico (ya que la película muestra una historia real) del que se han distorsionado algunos datos para proteger la identidad del protagonista hace que sea aún más duro de digerir, porque las situaciones de abuso, violencia, miedo y peligro descritas son terribles. Todo ese espectáculo dantesco forja la vida de Amin, ya que se ve obligado a madurar mucho antes que otras personas de su edad. Tiene un secreto que no ha podido dejar salir a la luz hasta ahora a sus 36 años.

Desirée de Fez, en un artículo para la revista Fotogramas dice:

«Poher Rasmussen acierta al poner en el centro del relato al ser humano, a la persona por encima de los acontecimientos. Y con ese gesto explica a la vez los sucesos y a su protagonista. Lo hace con una humanidad, capacidad de comprensión y empatía, hasta el punto de sentir que la película no es lo más importante para él. Lo es darle a Amin la oportunidad de contarse como él quiera, con sus tiempos, con sus dudas. Y de esa capacidad de escuchar y comprender al otro sale una película tan hermosa como dolorosa sobre el miedo, la identidad y la imposibilidad de echar raíces cuando te las han ido arrancando con violencia» (de Fez, 2022 ).

Lo cual es muy acertado, ya que la película en todo momento busca la comodidad del protagonista a la hora de contar su historia. Se trata de una película muy humana y que nos acerca una situación mucho más común de lo que tendemos a pensar.
Personalmente, la recomiendo mucho (5 de 5 estrellas) por todo: animación, historia, banda sonora…hasta por el idioma, que personalmente me parece precioso.

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