Sí, no mires al lado. No me he equivocado a la hora de escribir el nombre de la última película apocalíptica que ha producido Netflix y que protagonizan entre otros Leonardo DiCaprio, Jennifer Lawrence y Meryl Streep. Si algo nos ha hecho pensar esta película es que tenemos que recuperar esa actitud crítica ante algunas cosas del entorno que nos rodea, dejar de ser unos meros autómatas dentro del sistema. Por ejemplo, podemos hablar del resultado del Benidorm Fest… Bueno, eso mejor lo dejamos para otro día.
De vuelta a la cuestión inicial, un aspecto que no es nada sencillo, pero en el que yo he intentado trabajar y hacer un pequeño ejercicio que pueda servir para el resto de los lectores. Primero de todo, hay que levantar la mirada del móvil y/o el ordenador, justo después mirar a nuestro alrededor y percatarse de todos los objetos inútiles que hemos acumulado a lo largo del tiempo, tal cual suena. Yo en mi caso, observo y veo un juego de mancuernas que me compré por la fiebre del ejercicio en casa (producto de la pandemia) y que ahora no le veo casi sentido, tras pagar un trimestre en el gimnasio.
Algunos diréis, yo no tengo nada en casa que no use, ¿seguro? Abre tu armario, que es infalible que todos tengamos un jersey o una sudadera, que en su momento nos entró por los ojos, pero que no hemos visto tan claro ponérnosla luego en el día a día. Llegados a este punto, tampoco quiero que sintáis ninguna influencia ni os volváis locos por estas líneas. Solamente que os paréis a pensar y filtrar algunas cosas de todo el bombardeo que sufrimos a diario, sobre todo desde la llegada de la pandemia, porque al fin y al cabo esa era una de las finalidades que tenía ese filme que mencionábamos al principio.
El gran interrogante en nuestra vida es cuánto tiempo dura el efecto de una película con una fuerte crítica social. La respuesta es en sí misma es una incógnita propia de las que aparecen en las ecuaciones de matemáticas, depende del valor que se le quiera dar. Imaginaos que solamente hablábamos de objetos materiales en este ejemplo, y dejábamos a un lado el valor humano de las personas. A veces se nos olvida la importancia de una sonrisa, de no tener una mala contestación. Disfrutar de lo afortunados que somos al estar rodeados de personas que ocupan nuestro día a día; nada es eterno, como bien dijo un día Pau Donés: «Que aquí estamos de prestao, que el cielo está nublao, que uno nace y luego muere y este cuento se ha acabao». Mirad siempre a vuestro lado.