La inutilidad de sentirse inútil
No sé si alguna vez habéis sentido que sois tontos o que aquello que hacéis parece ser una broma para el resto de la sociedad. En mi caso, sí.
Hace unos días pasé el fin de semana en casa de una de mis mejores amigas y hablando y hablando llegamos al centro de un asunto bastante interesante, el cual procedo a contextualizar:
Yo, desde hace unos meses, me he venido sintiendo muy mal conmigo mismo. He sentido que la gente no me valora y que lo que hago no se me da todo lo bien que debería.
Estoy en mi tercer año del Grado en Estudios Ingleses de la Universidad Complutense. Me decanto más por la rama de literatura, me gusta bastante más que la lingüística y he decidido enfocarme en eso. Sin embargo, últimamente se ha ocultado en mí ese sentimiento de no ser suficiente de cara a la sociedad actual. Todo el mundo (o casi) asocia lo que estoy estudiando a ser profesor de inglés, y yo no quiero, no me gusta ese tipo de enseñanza (sin menospreciar a la gente que escoja pedagogía como su futuro, que la enseñanza es de lo más importante que tenemos en esta nuestra sociedad y por desgracia está muy infravalorada). Yo quiero enfocar mi vida a un nivel más académico. Quiero hacer un doctorado y ser catedrático en literatura norteamericana. Acabaré dando clases en una universidad, sí, pero por lo menos de algo que a mí de verdad me llena.
Este sentimiento se vio reforzado al ver un vídeo de humor en Instagram donde un chico (haciendo comedia), decía que le había arruinado a una chica su graduación en esta misma carrera diciéndole que él era camarero a pesar de tener un máster en literatura inglesa. Esto lo comentaba con mi amiga, y coincidimos en una cosa:
Los temas más generales (en el sentido del dominio público) son mucho más infravalorados que aquellos que se reservan a unos pocos.
Coincidimos en pensar que, claro, como todo el mundo sabe hablar y leer, todos se ven capacitados para hablar del tema. Obviamente todo el mundo puede expresar sus opiniones sobre un tema, no está mal, pero ¿por qué a un lingüista se le corrige sobre su campo mientras que a un músico no? A ningún músico (si tu no lo eres) se te ocurriría corregirle sobre técnica, armonía…
Yo esto lo escribo desde mi experiencia personal, donde gente de mi entorno cercano me ha corregido en cosas de las que no podría, ya que no sabe del tema. Y la verdad, resulta frustrante (al menos para mí) ese cuñadismo de las personas que me rodean. Como ya he dicho, es genial poder dar tu opinión aunque no concuerde con la que yo tengo, pero dentro del campo de la filología también hay esas verdades universales (como que la tierra gira alrededor del sol o que dos y dos son cuatro) y me he encontrado a gente que no tiene conocimientos sobre el tema, rebatiéndome datos del estilo de: la tercera persona de singular del presente simple en inglés lleva -s. Después de decirme que no era cierto; de decirme gente que Romeo y Julieta lo escribió Cervantes o que el español es la lengua más hablada y que el inglés apenas tiene hablantes entre otras cosas.
Seguramente esto suene muy pedante para cualquier persona que lo lea. Yo no pretendo tener la razón en todo, todavía estoy en tercero y me queda toda una vida por delante para seguir aprendiendo; sin embargo, esto a mí me ha generado un sentimiento de inferioridad e inutilidad muy grande, cuando no debería ser así. Cualquier filólogo debería tener el mismo reconocimiento o valoración que un médico (y esto se aplica a otras carrera y campos de estudio) y no se nos debería infravalorar en la sociedad de la manera en la que se nos infravalora.
Ha llegado un punto en el que prefiero no hablar con la gente (salvo con colegas o personas con las que me siento seguro) por no sentirme inútil, porque a mí me afecta, y no quiero que mi salud mental se resienta de ese modo. Un filólogo, un lingüista o un experto en literatura no son gente inútil, sino gente con muchísima pasión por lo que hace (y con una cabeza impresionante, porque tenemos que procesar muchísima información diferente).
He decidido escribir esto porque sé que hay gente (algunos no del mismo campo) que se siente igual y yo, la verdad, paso de sentirme inútil. Soy lo que soy y estoy muy orgulloso de ello, porque me encanta lo que estoy haciendo.