20 de julio de 1995, era jueves y España estaba sufriendo el infierno de una ola de calor que dejaba cuarenta y cinco grados a la sombra de los naranjos sevillanos. 29 de noviembre de 2021, es lunes y París ha despertado helada por un halo azul que cubre la ciudad. Nueve de la noche, parece que «La reina» tiñó de oro la capital francesa. ¿Quién te iba a decir, Almudena, que iba a costar tanto encajar este gol?
Alexia Putellas, apodada «La reina», nació en 1994 en Barcelona, un año antes de aquel caluroso 1995. Pero no estoy aquí para daros la lata (ni el oro) con múltiples datos con los que seguramente —aunque mejor decirlo por lo bajini, pues nunca se sabe sabe con qué nos puede sorprender este mundo de machirulos— nos avasallarán los medios en los próximos días al hablar de sus logros, sino para hablaros lo que supone que esta centrocampista de veintisiete años haya ganado el premio a la mejor jugadora de fútbol del año 2021.
Moratalaz (2012), es domingo en el campo de fútbol «Lily Álvarez». El equipo femenino de fútbol 7 recibe un homenaje por su buena temporada —es más bien un evento alentador que una realidad—. No recuerdo si aquel día hacía frío o calor, si el campo estaba azul o naranja. Solo que ese equipo de chicas de trece años, uniformadas de rojo, jamás hubiesen soñado con un futuro futbolístico. Hace nueve años, el fútbol femenino, como tantas otras ilusiones «de niñas», no existían. En aquel club, Laura, la delantera, nunca hubiese imaginado que hoy estaría jugando en el Real Madrid Femenino, porque no existía, porque aún no era ni un sueño y porque la ideología feminista aún tenía que andar hasta agotarse. Tampoco ahora, ni Laura, ni sus compañeras de entonces ni ninguna otra niña tendrían tantas fuerzas e ilusiones si no hubiese sido por Alexia.
Alexia ganó el pasado lunes 29 de noviembre, como decíamos, su primer Balón de Oro. Este es también el primer premio que recibe una futbolista, mujer y española, como reconocimiento a sus logros futbolísticos. Por no dejar a los antifútbol out of context, este es un premio anual para reconocer al mejor futbolista del año en una ceremonia en la que se entregan, también, otros premios del estilo. En el caso de los premios femeninos, no fue hasta 2018 que se celebró la primera edición y se inició con ella un reconocimiento a un deporte que aún para muchos sigue siendo más un hobby que una profesión.
«Es un premio individial, pero sin duda es un éxito coletivo».
Estas han sido algunas de las primeras palabras de Alexia tras subir a recoger su primer Balón de Oro. «La reina» hoy ha recogido el premio acordándose de un colectivo de mujeres y niñas a las que representa este mérito individual. Este hecho supone un chute de energía para muchas botas de fútbol, como bien expresó ella misma, que seguirán marcando goles y despejando balones hasta encontrar el de oro en una España en la que el feminismo sigue luchando por más Alexias y Jenny Hermoso (segunda finalista a este premio y también jugadora del Barcelona Femenino).
Este mismo 29 de noviembre, pero en Madrid, era, Almudena, el día de tu despedida. Fue Luis, tu familia, fueron tus amigos y todas aquellas mujeres a las que inspiraste. También hacía frío en Madrid, como en París, pero no tanto. En este destemple de ciudad se respiraba un aire agridulce. Dulce por ti y agrio por el ambiente a Mandrágora que se escuchaba entre el silencio de tantas personas levantando tus libros y la voz de Sabina despidiéndote. El estrés de esta ciudad parecía haberse calmado, pero, tranquila, todo seguía igual. La locura de tus gabinetes con Julia Otero, Manuel Delgado y Carmen Juan estaba en la inquietud del programa de hoy; la alegría de «La Movida» en el calor de tu gente y tu risa ha vuelto a sonar en la radio.
Aquel jueves de 1995 terminó nevando, a pesar de la ola de calor, en el plató de TVE. Tú estabas allí aquel día, con Julia, a horas intempestivas de la noche, tan enérgica como siempre, y seguramente no fuiste consciente de lo que provocaste, así que lee esto, Almudena: Alexia Putellas ganó el Balón de oro y fue gracias a ti y a tantas otras mujeres que lucharon por este momento.
En el recuerdo siempre pasarás a la historia como la escritora, la que defendió a muerte a los perdedores; Almudena, la que debatió infinidad de horas y cerca de nueve años en el Gabinete de JELO. Pero, como poco dirán y recordarán de tu faceta de mujer, aquí te dejo por escrito parte de lo que le contaste aquella noche a Julia, en un lejano 1995 en el que te parecía que el mundo había llegado a su madurez, para que seas consciente, allá donde estés, que este balón también es tuyo.
Esa noche de jueves Almudena Grandes habló abiertamente del deseo sexual y de los canónes de belleza de la mujer de un mundo en el que para ella:
«El feminismo, que es una ideología con la que todas las mujeres tenemos una gran deuda pendiente, las emancipadas y las no emancipadas, ha cumplido un ciclo histórico, las ideologías cumplen un ciclo histórico y yo creo que en este caso dese el momento en que se han alcanzado las condiciones teóricas de la igualdad se ha agotado como ideología».
Una Almudena a la que en Un paseo por el tiempo «la gente sin sexo le daba miedo porque eran como zombies» y que abiertamente y sin tapujos pedía, entre risas, otro metabolismo:
«Si apareciese el duende de Aladino y me preguntase si quiero dinero o el premio Nobel le diría que no. Le pediría comer mucho y no engordar nada, esa sería la ilusión de mi vida, sería feliz con eso».
Almudena, tuviste la oportunidad y la sensación de «estar empezando a vivir cuando el país estaba empezando a vivir». Creías que el feminismo era «un ciclo agotado» y lo que no sabías es que de tu mano y de muchas otras, tú seguías dentro de ese ciclo, ayudando a dar vueltas a un mundo que en su jubilación aún nos da esperanzas (esas que tu perdías y recuperabas con tu Atlético de Madrid). Esperanzas de estar gordas y flacas, esperanzas de ser mujeres, futbolistas, científicas, escritoras y de ser la siguiente gran Alexia.
Manuel Vázquez Montalbán decía que solo te quedaba tener 60 años para que todo lo que escribas sea genial. Así ha sido, aunque genial ya lo eras de antes. Sigue inspirándonos, desde donde estés, con las palabras que nos has dejado en estos días de frío y calor y cuéntale al padre de Alexia todo lo que ha conseguido:
«Estoy un poco emocionada. Es un momento muy especial. Tener aquí a mis compañeras me hace muy feliz. Quiero agradecer a todas las compañeras con las que he coincidido en mi carrera, pero sobre todo a las que tengo actualmente. Es un premio individual pero es un éxito colectivo, lo siento así. Agradecer a los entrenadores que he tenido en mi carrera y han confiado en mí. A la afición y al club, al que es un placer representar aquí. A mi familia, que tengo aquí a mi tía, hermana, madre… y a alguien que siempre ha sido, es y siempre será muy especial para mí. Espero que estés muy orgulloso de tu hija allá donde estés, papá». Alexia Putellas, Balón de Oro (2021).