Las cifras y el terrorismo informativo

De lo que hoy voy a hablar se trata de un tema delicado porque de alguna forma me afecta de primera mano, aunque quiero pensar que muchos de los periodistas que escriben sobre esto lo hacen simplemente por encargo de sus jefes. Algo que no justifica ni mucho menos la redacción de estos artículos o al menos el enfoque que se le da en ellos. Titulares como España vuelve a entrar oficialmente en fase expansiva de la pandemia genera un desconcierto y miedo en la población, totalmente innecesario, además de que la realidad es totalmente diferente, puesto que la incidencia acumulada disminuía 0,37 puntos ese mismo día.

El trabajo que ha realizado y realiza Miguel Ángel Reinoso desde que comenzase la pandemia es simplemente espectacular, sin ser periodista y trabajar para ningún medio, ha mostrado las cifras tal cual se publicaban en las instituciones. Todos los vulcanólogos, expertos en pandemia que han surgido de debajo de las piedras y han tomado protagonismo en las cadenas televisivas por las mañanas, son el reflejo de una sociedad que solamente busca atacar los temores de las personas, sobre todo de los mayores, que normalmente son más vulnerables y suelen consumir este tipo de informaciones; por otro lado, encontramos a los que se quedan con el titular sin leer el cuerpo de la información.

Hablan de la salud mental, de cómo está creciendo la intención de suicidio en la población y, por desgracia, este tipo de patrañas informativas con la covid —sí, hay que llamar a las cosas por su nombre— no ayudan precisamente. Hay que mirar a nuestro alrededor y ver que con todo lo que está pasando no se puede jugar de esa manera con la salud de las personas. La pandemia es algo que está ahí, algunas veces irá peor, otras mejor, pero el pueblo ha respondido a la llamada de la vacunación.

Siempre me han dicho que los medios sirven para contar lo que nos rodea, pero hace tiempo que no veo que cuenten lo que sucede. Se necesita que el rigor vuelva a los redacciones, que el clickbait no sea lo que mueva a muchos medios.

«Nadie puede aterrorizar a toda una nación, a menos que todos seamos sus cómplices». Hay que decir basta a este terrorismo informativo, recuperar nuestra visión crítica y comprobar de primera mano que sucede a nuestro alrededor, que ellos sigan creando alarmismo y caos, nosotros seremos lo suficientemente inteligentes para ver lo que sucede.

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