Queridos lectores:
Sabemos que este año no ha sido el mejor de nuestras vidas. Nosotros ya estamos de vacaciones, pero hemos pensado que, para despedir bien este 2020 tan raro, quizá os podríamos alegrar un poco el día recomendando los libros qué más nos han gustado. Así que, en este artículo, os dejamos una pequeña reseña de los mejores libros del peor año para desearos unas felices navidades.
Sara Mora Gelado recomienda: La casa de los espíritus, de Isabel Allende
Nunca está mal rebuscar entre nuestras estanterías y desempolvar algunos de esos libros, olvidados en el tiempo, que nunca llegamos a leer. Esto fue lo que hice el pasado marzo, aburrida en un piso de Moratalaz, intentando no entrar el bucle de una rutina desquiciante, rebuscar en mi biblioteca para toparme con este viejo libro que había pasado por manos de mis tíos, mis abuelos y mi madre, y que aún conservaba el olor a chimenea de casa de mi bisabuela. Así fue como me reencontré con Isabel, muchos años después, y como disfruté viajando por mundos tan mágicos y reales como sus personajes. Por eso, queridos todos, creo que no hay mejor manera de empezar este nuevo año que releyendo —si ya lo habéis hecho— o leyendo esta novela de amor, vida e historia de Latinoamérica.
Celia Moreno Campos recomienda: Crimen y castigo, de F.M. Dostoievski
No me hubiese adentrado a la literatura rusa sin la ayuda de un gran amigo. Recibí Crimen y castigo como regalo de cumpleaños en 2019 y, a finales de enero, ya lo había devorado.
El mejunje de géneros que encontramos en esta obra hace que a medida que avanza quieras ver lo que sucede con sus protagonistas, con su moral, con su ego. Sin duda alguna, un gran clásico que no puede faltar en ninguna estantería.
Ricardo Maurandy recomienda: El público, de Federico García Lorca
Sobran las palabras para presentar a nuestro querido García Lorca, cuya obra poética y dramática es celebrada hasta el punto de ser para nosotros un autor-símbolo, ya no solo de las letras, sino de las opresiones y la injusticia. Sin embargo, tiene poca difusión esta obra de teatro surrealista, tremendamente poética y, probablemente, el texto en el que Lorca habla más abiertamente del deseo homosexual y la libertad erótica, frustrada, y se pregunta «¿Qué hago con el público si quito las barandas al puente?». ¿Quieres saberlo? Te recomiendo adentrarte en esta maravilla y «atravesar las sedas y los cartones que el poeta levanta en su dormitorio».
José Miguel Rodríguez recomienda: Ada o el ardor, de Vladimir Nabókov
Mentiría cual bellaco si me declarase algo así como un lector impenitente que no gusta de encumbrar la bendita figura de Vladimir Nabókov; también lo haría si afirmara que nunca se me pasa por las mientas Lolita (su obra más conocida) cuando se me encomienda recomendar los frutos de su inagotable estro. Me declaro culpable por partida doble. Que Lolita es la mejor manera de adentrarse en los escabrosos vericuetos literarios de Nabókov es de todos conocido, si bien también lo son Risa en la oscuridad, El hechicero o Pnin. Pero no nos engallemos, que yo he venido a hablar de mi libro: Ada o el ardor.
Este año, entre tanto bicho pululante con corona calada y tediosos enclaustramientos, vine a tropezar con el libro de libros, el summun de la voluptuosidad nabokoviana, la cumbre de la producción literaria de un genio. Ada es a la par la crónica de un amor incestuoso, enseña del escritor, y un tratado filosófico sobre la quididad del tiempo; una historia que se metamorfosea a remolque del desaforado erotismo y de los placeres terrenales. Y en ella Nabókov hace gala de sus profusiones retóricas y descriptivas, aderezadas todos con humor, que embaucan al lector desde la primera página y lo sumen en una perpetua orgía literaria. Solo él sabe vestir la lujuria con palabras y salvar un año que a fe mía era insalvable.
Alberto Sánchez Pérez recomienda: Nuestra parte de noche, de Mariana Enríquez
Llegué a este libro casi sin querer, por recomendación tangencial de un desconocido. Nunca he sido gran aficionado del terror, pero este libro parecía tener esa chispa lovecraftiana que siempre me ha gustado. Cuando empecé a leerlo me sorprendió lo rápido que quedé encerrado entre sus hojas: lo que empezaba con vagas promesas de rituales y sectas se acabó materializando en una compleja historia que recorría la historia de la dictadura argentina, la crudeza de una convalecencia terminal y un trasfondo de folklore local que se antojaba hostil ante desconocidos como yo.
En esta novela de terror realista lo sobrenatural no es más aterrador que la opresión que ejerce la dictadura o la enfermedad, tan solo es un recurso más para entender su crudeza.
Itziar Hernández Rodilla recomienda: La hija del tiempo, de Josephine Tey
Es difícil encontrar un libro solo en este año que tanto tiempo nos ha dado para leer, pero creo que me quedaría con La hija del tiempo, de Josephine Tey, traducido por Efrén del Valle para Hoja de Lata (https://www.hojadelata.net/
Rubén Fernández Jiménez recomienda: Ensayo sobre la ceguera, de José Saramago

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